Es utilizada una narración exagerada del entorno, más la narración creíble de acontecimientos increíbles, a esto se le conoce como el realismo mágico.
Del mismo modo que durante un decenio largo el drama de Colombia radicó en el permanente estado de violencia, del mismo modo lo plantea García Márquez en Cien años de soledad. El país vive en estado de violencia permanente, ya sea declarada, ya sea enterrado, amenazante, y es normal que sea el sustrato anímico que alimente su narrativa.
La violencia puede admitir variadas explicaciones posibles. Pero en cambio, tiende a concentrarse en uno solo: la violencia política. Por eso en la obra que en esta obra es concomitante de la opresión política, aunque una y otra están como interiormente desmesurada de su irrupción primera, sino que se han revestido de un carácter institucional, hasta componer un tejido diario de las vidas humanas. Los personajes se sorprenden cuando adquieren conciencia bruscamente da autoconciencia de esa situación en que existen.
Por ejemplo en la página 93 de cien años de soledad esto se puede advertir en el siguiente fragmento: "cuatro soldados al mando suyo arrebataron a su familia una mujer que había sido mordida por un perro rabioso y la mataron a culatazos en plena calle. Un domingo, dos semanas después de la ocupación Aureliano entró en la casa de Gerineldo Márquez y cos su parsimonia habitual pidió una tazón de café sin azúcar. Cuando quedaron solos en la cocina, Aureliano imprimió a su voz una autoridad que nunca se le había conocido. "Prepara los muchachos" dijo. "Nos vamos a la guerra". Gerineldo Márquez no lo creyó.
-¿Con qué armas?- preguntó.
-con la de ellos- contesto Aureliano.
El martes a la medianoche, en una operación descabellada, veintiún hombres menores de treinta años al mando de Aureliano Buendía, armados con cuchillos de mesa y hierros afilados, tomaron la por sorpresa guarnición, se apoderaron de las armas y fusilaron en el patio al capitán y los cuatros soldados que habían asesinado a la mujer".
La violencia y la opresión están siempre pesando, y se han integrado a la vida como condición humana y desde entonces operan una sutil transformación de los hombres. Y García Márquez plasma de una manera estupenda la relación que hay entre la estructura político-social de un determinado país y el comportamiento de sus personajes.
En esta novela los hombres están condicionados por el medio social en que se han desarrollados, en una inextricable interacción que les permite reconocer su efecto perjudicial cuando se llega al extremo de distorsión violenta, y por lo tanto de reaccionar con la misma fuerza, pero que por lo común les dirige en su comportamiento sin que tomen nítida conciencia de la significación oscura de sus actos.
Indudablemente en esta obra el tema principal es la soledad, pues es esta la que se encarga de marcar la vida de sus personajes, en especial la de los varones. La soledad es la característica que acompaña a todos los integrantes de la familia Buendía, es de esta soledad de la que cada uno pretende escapar en algún momento de su vida; pero al final parecen entender que esa soledad es su inevitable destino, así que deciden aceptarla. Hay personajes tan relevantes en esta obra como Ursula, que luchan toda su vida por alejar la sombra de la soledad de su familia y siempre espera encontrar en cada nuevo integrante de la familia, aquel que se encargue de borrar este estigma de la familia.
"La historia de América Latina es también una suma de esfuerzos desmesurados e inútiles y de dramas condenados de antemano al olvido."
Con estas palabras García Márquez define el drama de nuestro continente. Como ejemplo evidente en Macondo.
"La soledad es un atributo de los hombres". Mika Waltari
En las diferentes regiones de Colombia, se revela las características de la familia costeña, que valen la pena resaltar ahora para comprender mejor las relaciones entre los diferentes personajes de la obra. La madre es la que organiza y perpetua la especie, siendo la madre responsable del hogar.
El padre es aventurero, parrandero y descuidado con las obligaciones familiares. En ocasiones la madre asume la responsabilidad de los hijos hombres, cuando estos engendran y abandonan a sus descendientes.
La presencia de los nietos, hijos naturales y otras personas ajenas a la familia, ocasiona la convivencia de principios heterogéneos, característico de la familia promiscua.
La organización de la familia Buendía obedece a estas características. Recordemos que Úrsula es la que organiza y perpetúa la familia durante su larga existencia de más de cien años. Luego prosigue al frente de la casa de Fernanda del Carpio.
En la obra se hace énfasis en la relación sexual bajo un esquema invariable, en el cual el joven desea a un pariente cercano (primos, sobrinos, tías, tíos, etc.). Generalmente es en aquellas oportunidades en que el joven inicia la vida sexual, pero que nunca llegan a ser consumadas, sino suplantadas por la relación normal entre la pareja.
De todas maneras estas apreciaciones están expuestas para abundar en el tema. Porque si bien es cierto que, en la obra se respira un ambiente matriarcal por la fuerte presencia de las mujeres etc., caso contrario a “Crónica de una muerte anunciada”, donde el ambiente es puramente machista.
Y no está demás recordar que, ambas son obras escritas por el mismo autor, la religión donde se desarrollan las tramas son las mismas, la misma idiosincrasia, etc.
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